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TB Content Session #3 | Scytl, una lección para scaleups: tecnología, inversores y expectativas, crisis, resiliencia y resurrección
Una de las primeras spin off tecnológicas de la UAB. Más de diez años creciendo por encima del 70%. Una ronda récord en España (104M$ en 2014), la primera inversión de Paul Allen en Europa y la primera scaleup que anunció su objetivo de salir al Nasdaq.
La de Scytl, proveedora de sistemas de votación electrónica y tecnología electoral nacida en 2001 en Barcelona, es una historia significativa en el ecosistema de la ciudad, como también una de las primeras grandes crisis del sector: en 2019 suspendió pagos, en 2020 fue adquirida por Paragon y ahora resurge con nuevos proyectos.
Pere Vallès, CEO de Scytl entre 2004 y 2016, y Silvia Caparrós, CEO desde 2018, participaron por primera vez en una charla conjunta, organizada por Tech Barcelona, para contar los principales errores y aciertos de esta historia tecnológica. Y nos dejaron algunos grandes aprendizajes.
Auditori ACCIO- Tech Barcelona, Pier01. 26 de septiembre de 2022.
- Pere Vallés, CEO de Scytl entre 2004 y 2016.
- Silvia Caparrós, actual CEO de Scytl.
- Mar Galtés, Corporate Development Director de Tech Barcelona.
Una startup que iba antes de tiempo
Scytl nació como una empresa adelantada a su época, cuando ningún país utilizaba el voto electrónico, y creció rápidamente gracias a su facilidad para levantar rondas de inversión. Ya en 2002 recibió una ronda de inversión de 1 millón de euros liderada por Riva y García. Según explica Pere Vallés, «teníamos la mejor tecnología protegida con patentes, alcanzamos una cuota de mercado del 70%, con un crecimiento sostenido de entre el 60% y 120% durante 10 años seguidos e, incluso, la empresa generó beneficios, un hecho bastante exótico para cualquier startup».
Expectativas difíciles de cumplir
Sin embargo, tras la ronda de 104 millones de dólares obtenida en 2014, empezaron los problemas. «Es un error bastante clásico en startups y scaleups: maximizar la valoración y generar unas expectativas que después son difíciles de cumplir», reflexiona Vallés. Para justificar estas expectativas, Scytl diversificó su cartera tecnológica y entró en otros mercados emergentes, «que no estaban preparados». La estrategia no funcionó, por lo que en 2016 la compañía se reestructuró: pasó de 600 a 200 empleados tuvo que cerrar líneas de negocio y oficinas.
Vuelta a los orígenes
Silvia Caparrós había participado en la primera ronda en 2002, entró en la compañía como abogada y finalmente cogió las riendas de Scytl en 2018 como CEO. Como gran defensora del proyecto, y consciente de la exigencia que requiere, destaca la resiliencia y profesionalidad de la compañía. «Pasamos por una reestructuración, una insolvencia, un ERTE, una pandemia y un cambio de oficinas. Pero tenemos una base profesional muy sólida y organizada». Además, «hay una cultura muy arraigada de actuar de forma inmediata ante los retos». Ahora, con la seguridad de trabajar bajo el paraguas de Paragon, la compañía ha vuelto a su origen, el voto electrónico, desplegándolo tanto a nivel gubernamental como en el ámbito de la empresa privada. «Las perspectivas son muy buenas», concluye Caparrós.
Aquí la conversación completa.
Artículo del Diari ARA: «Les lliçons de Scytl, segons els seus directius«