Ricard Garriga tiene un perfil no muy habitual: es inversor y emprendedor. Es cofundador de un vehículo de inversión de startups en Serie A, Torret Road Capital, y de Menorca Millennials, la primera desaceleradora mundial de startups. Garriga es, en definitiva, un apasionado de la tecnología y de buscar métodos de financiación efectivos para el crecimiento.

Garriga, con más de 12 años de experiencia en el sector startup, ha pasado por el Parque Tecnológico de La Salle, por el Ayuntamiento de Barcelona en 22@Barcelona y por Silicon Valley en YouNoodle.

Formado como Ingeniero de Telecomunicaciones, MBA y formación ejecutiva en Berkeley, tras su paso como director de estrategia en YouNoodle, compañía basada en San Francisco, Garriga se ha especializado en el fundraising para el crecimiento. En su faceta como inversor considera que lo más interesante en una compañía es saber quién hay detrás de ella para liderar el crecimiento. De ese convencimiento nació su última compañía, Menorca Millennials. Como inversor, el reto que se le plantea a Garriga y al equipo de Torret Road pasa por encontrar empresas globales, con mentalidad internacional para adaptarse a un mundo hiperconectado. Un mundo que está cambiando gracias a la tecnología descentralizada y que puede replantear el modelo de inversión en startups y personas.

Estas son algunas de las ideas y experiencias que quiere compartir con los nuevos emprendedores e inversores:

El equipo marca la diferencia

“Una idea no vale para nada”, asegura Garriga. “Hemos visto muchos resúmenes ejecutivos increíbles, pero todo depende del equipo que hay detrás. Debe ser lo suficientemente bueno como para ir pivotando el modelo de negocio, y eso será la clave”. El consejo de este emprendedor con experiencia es: “formar un buen equipo, intentar ser los mejores”. Lo mismo sucede desde el punto de vista del inversor, y de ahí nace la idea de Menorca Millennials, porque lo interesante es conocer el equipo que hay detrás de la compañía. «Al conocer muy bien a los equipos te das cuenta realmente de quién hay detrás de esa compañía y sobre todo, puedes detectar si son capaces de llevarla al siguiente nivel”, explica Garriga. «Las ideas valen muy poco y los equipos son los que realmente marcan la diferencia”.

Pensar en grande y jugar en la Champions

“Empezar una compañía es complicado, y escalarla aún más. No vale la pena lanzarla sin tener los elementos necesarios y el equipo adecuado para tener éxito a nivel global”, indica. El esfuerzo va a ser el mismo, por eso aconseja “que compitan a nivel global, que jueguen en la Champions”.

Parar y reflexionar para seguir adelante

Es necesario desacelerar porque parar y reflexionar puede suponer el éxito de la compañía. “Los emprendedores deben parar y reflexionar antes de ejecutar la fase de crecimiento”, explicaba Garriga.

Montar una compañía es despejar hipótesis

“Todas las compañías pivotan: te crees una hipótesis, la lanzas al mercado y este mercado te compra el producto o no lo compra”, comenta Garriga. “En el caso de que no te lo compre, vuelves atrás y haces una nueva propuesta, una nueva hipótesis, siempre aprendiendo del error”. En este aspecto entra de nuevo la importancia del equipo: “Si el equipo es lo suficientemente maduro e interesante como para leer los pequeños matices que da el mercado, estará capacitado para sacar adelante una compañía”.

Replantear los modelos de inversión inicial: AngelList

El mundo del capital de riesgo lleva décadas siguiendo las mismas reglas. Pero la tecnología actual permite ya nuevos modelos. Uno de ellos es el del AngelList, en el que no se invierte en una compañía directamente, sino que se invierte de la mano de un inversor de tu confianza. Este modelo cuenta con gran aceptación y reconocimiento  en Estados Unidos. En España ya están apareciendo plataformas similares, y pueden convertirse en una opción interesante para los inversores en fases iniciales.

Ofrecer liquidez en mercado secundario

Invertir en startups en etapas iniciales ya es un hecho cada vez más habitual, en el que numerosos business angels invierten pequeñas cantidades para ayudar al crecimiento de esas empresas. Algunas de esas compañías crecen a gran ritmo, multiplicando su valoración en papel día tras día, sin embargo, para el inversor inicial esa rentabilidad no es líquida y no hay ventana de salida con la que recupere su inversión con ese múltiplo. Por ello actualmente existe una oportunidad, hasta ahora no cubierta, consistente en ofrecer liquidez a los business angels que quieren desinvertir, para obtener nuevos compañeros de viaje estratégicos, que aporten valores muy concretos para el crecimiento de la compañía.

Estar conectados: Buen Deal Flow

“La clave es estar bien conectado”, dice Garriga. Los «Truffle pigs”, los que tendrán éxito detectando jóvenes compañías, serán aquellos que estén bien conectados internacionalmente, rodeados de personas que ya han pasado por el proceso de éxito y tengan el olfato entrenado para detectar lugares donde se generan las grandes oportunidades globales. «Ahora bien, hay que saber dónde están estos lugares. Hay que saber detectar las señales. Hay que tener la posición adecuada para aprender constantemente y saber en todo momento qué está pasando, qué y quién está al frente de las empresas que lideran los nuevos sectores».

Blockchain para financiar

Conseguir millones de euros en minutos llama la atención, pero este modelo de financiación no es válido para todas las startups. Las ICO (initial coin offering) son un medio no regulado por ningún país, basado en blockchain. Como explica Garriga, a través de ICOs una startup puede recaudar fondos para llevar a cabo su proyecto  participaciones de su compañía en formato de criptomoneda, llamados tokens. «Esos tokens cotizan en el mercado de criptomoneda basado en la blockchain, que es el mayor sistema computacional del mundo en el que miles de ordenadores conectados entre sí se comunican para certificar información. Es un proceso similar a la bolsa en el que también puedes comprar y vender tokens de compañías en cualquier momento. Genera, por lo tanto, mucha liquidez, y de ahí el interés que ha suscitado entre los inversores globales».

Gracias a esta tecnología es posible obtener nuevos socios, lanzar ampliaciones de capital globales, inmediatas, soportadas por smart contracts y validadas por dicho sistema computacional. Sin notarios, bancos ni regulaciones restrictivas. Para Garriga no cabe duda de que en los próximos meses esto se estabilizará y será un método estable de financiación para compañías muy concretas. «Las ICO no son para cualquier startup, solo para aquellas para las que la descentralización absoluta esté en su ADN», remarca.

La burbuja (o no)

Para Garriga, el Blockchain es una realidad que está generando ya un cambio en la sociedad tan o más disruptivo que lo que fue la web en sus inicios. «En los próximos meses veremos cosas maravillosas”, afirma. Para acelerar el crecimiento e implantación del potencial del Blockchain comenta que debemos tener la mente abierta a romper tabúes burocráticos, fallando en detalles, teniendo claro que hay mucho más a ganar que a perder.

“Sí, hay una burbuja debido al mal uso que les damos, pero detrás de cada burbuja hay algo interesante. En este caso estamos viviendo un gran cambio en la sociedad que irá a más cuando la regulación lo permita.”

Beneficios de la e-residency

La residencia virtual o e-residency para las empresas descentralizadas, vigente en Estonia desde 2014, permite que estas puedan establecer su sede virtual, tributar y pagar impuestos en un país que entiende y potencia su naturaleza y en el que no necesariamente debe estar físicamente. “Cada vez más países lo están considerando, a pesar de su complejidad burocrática y conceptual, y por eso muchas empresas descentralizadas que se financian a través de ICOs con importes millonarios, se están instalando en aquellos países que lo permiten”, explica Garriga. “Hay una gran oportunidad para captar esas empresas, para que en vez de irse a Estonia vengan aquí”, asegura el emprendedor. Y es que conseguir que nuevas empresas descentralizadas se establezcan en el territorio podría suponer, por ejemplo, “tener una imposición fiscal mucho más atractiva para todos, bajando impuestos ya que habría más empresas que los paguen”.