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Carlota Pi: Emprender, a menudo, significa sacar adelante un proyecto rompedor aunque el mercado y su regulación puedan no estar preparados
Carlota Pi es cofundadora y presidenta ejecutiva de Holaluz, una startup que tiene como objetivo conectar a las personas con la energía verde. Compra electricidad 100% de origen renovable a productores independientes, más de 400, alquila el cable para el transporte de la electricidad y subministra a más de 160.000 clientes en todos los códigos postales de España. En 2010, Carlota Pi junto con Oriol Vila y Ferran Nogué crearon Holaluz con una idea disruptiva para un mercado tan tradicional como el de la energía. “Nosotros nacimos con un propósito claro: conseguir que el mundo se mueva gracias a las energías renovables y además con un propósito de construir un modelo de empresa donde las personas nos podamos desarrollar 360 y donde ganar dinero es consecuencia de hacer las dos cosas mejor que nadie”, explica la cofundadora de la startup.
VIDA PERSONAL
Madre de tres hijas, Pi asegura que emprender le ha facilitado esa conciliación familiar tan complicada, en general, en empresas más tradicionales. “Al emprender puedes trabajar de lo que quieres, haciendo realidad un propósito y una visión que tú tienes. Y el cómo lo decides tú”, asegura.
Pi es miembro de la junta directiva de Barcelona Tech City y de su experiencia como emprendedora extraemos los siguientes puntos clave:
MONETIZAR DESDE EL PRINCIPIO
Como comenta Carlota Pi, el modelo de negocio de Holaluz es en el fondo “muy tradicional, porque al final se trata de vender con margen a clientes que pagan”. Menos tradicional es la propia compañía y su filosofía y su propuesta disruptiva, lo que le ha llevado a conseguir clientes y monetizar desde el principio. “Este concepto es lo que nos ha hecho muy fuertes a nivel de independencia de inversores, para poder tener un crecimiento sostenible y unos desarrollos acordes con lo que hemos necesitado”, explica la cofundadora de Holaluz.
DESARROLLAR TECNOLOGÍA ‘IN HOUSE’
Puede parecer una vía poco económica para emprendedores que comienzan. La mayoría optan por desarrollos externos o productos prediseñados, pero Pi asegura que crear su propia tecnología ha supuesto un gran ahorro para su compañía. “Desarrollar ‘in house’ fue una decisión que tomamos desde el principio porque no encontrábamos aplicaciones, software o herramientas que pudiéramos utilizar para solventar los retos que teníamos”, comenta, “así que decidimos hacer una apuesta muy firme por la tecnología y desarrollarla nosotros mismos”. Para Holaluz, este desarrollo interno ha permitido “tener lo que nos interesa, porque desarrollamos lo que nos hace falta, eso es el line startup. Si te hacen falta tres funcionalidades pues desarrollamos esas tres, no desarrollamos por si pasa”, además de la velocidad de desarrollo. “Como consecuencia de estas dos, está el coste”, explica.
TRABAJAR EN LA RELACIÓN DE LOS SOCIOS FUNDADORES Y EL EQUIPO
“El 90% de las startups no fracasan porque no tengan clientes, o tecnología o inversión. Lo hacen porque los socios fundadores finalmente no se entienden”, argumenta Pi. Por ello, en Holaluz han cuidado desde el principio la relación entre los tres socios fundadores que aún hoy participan en actividades de coaching tras siete años de trabajo compartido. “No hay pacto de socios ni clausulas comparables a la potencia de estar trabajando constantemente por una relación sólida, estable, alegre donde construir. Para nosotros esto fue algo muy importante desde el principio. Llevamos 8 años y medio y somos grandes amigos, prácticamente podríamos decir familia”, asegura la emprendedora.
OBJETIVO: TRACCIONAR CADA VEZ A UN RITMO MÁS ELEVADO
En sus ocho años y medio de existencia Holaluz ha alcanzado una cartera de 160.000 clientes. Una cifra que espera que alcance los 500.000 en los próximos cuatro años y que podría pasar por otros países. “No hemos determinado dónde estarán. Pensamos que principalmente estarán en España y probablemente también Portugal. Pero más allá del objetivo marcado, lo más importante para nosotros es traccionar cada vez a un ritmo más elevado”.
LA SITUACIÓN REGULATORIA NO DEBE INFLUIR EN UNA BUENA IDEA DE NEGOCIO
Emprender, a menudo, significa sacar adelante una idea, un proyecto rompedor, para el que el mercado y su regulación pueden no estar preparados. Aún así, “Si tienes una idea clara que piensas que contribuirá y que aportará valor a las personas por las cuales tú construyes esa idea, sin duda, debes apostar por ella”, comenta Carlota Pi. Como ejemplo, apunta a proyectos como Airbnb, Google, Spotify que no se crearon en un contexto favorable. “La situación regulatoria tiene que ser irrelevante. Tienes que estar es dispuesto a remar muy fuerte, a continuar, a seguir”, asegura. Y es que como comenta, los emprendedores han de contar con su idea, y no basarse en lo que les pueda ofrecer el mercado, en los recursos que hay.
LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN ESTÁ EN LAS ENERGÍAS RENOVABLES
“Energy is the new Internet”, dicen algunos expertos. Pi, que emprendió en el sector de la energía con un proyecto disruptivo como Holaluz, está totalmente de acuerdo con esa afirmación. “Está todo por hacer, en el consumo, en el intercambio de energía, en la movilidad eléctrica, es la gran revolución”, asegura. En su opinión, es poco probable, además, que las grandes compañías que dominan el sector hagan un esfuerzo por innovar. “Históricamente no les conviene innovar en su propio mercado, no se ha visto nunca eso”. Por lo que el camino queda libre para emprendedores como Carlota Pi, con muchos proyectos por delante.
COMPARTIR FILOSOFÍA CON LOS COMPAÑEROS DE VIAJE
En la filosofía de Holaluz, los recursos están orientados a poder ejecutar el plan de la compañía. Una inversión que puede llegar desde distintos agentes como un venture capital, una salida a bolsa, un crowdfunding o un private equity. La única exigencia para esos compañeros de viaje es que cumplan tres principios básicos: “La primera es que estemos ‘ultraalineados’ en esa visión del mundo en que nosotros trabajamos para conseguir un mundo 100% renovable con un modelo de compañía donde las personas se desarrollan 360 grados y donde ganar dinero es consecuencia de las dos primeras cosas. Lo segundo es que tengan muy claro que el cliente está primero; no tomamos ninguna decisión de negocio pensando en la cuenta de resultados de este año. La tercera es que nos podamos divertir, porque para nosotros divertirnos es hacer lo que creemos que tenemos que hacer, no hacer cosas que nos digan que tenemos que hacer”, argumenta la cofundadora de Holaluz.
LA CONFIANZA CON EL CLIENTE SE CONSIGUE CUMPLIENDO LAS PROMESAS
A veces pasa que las empresas ofrecen a sus clientes cosas con las que luego no son capaces de cumplir. El 29% de los clientes de Holaluz llegan a través de las recomendaciones de otros usuarios, una cifra interesante que deja claro que se sienten satisfechos con el servicio. Para asegurar esa confianza en la compañía cuentan con tres herramientas básicas “cumplir las promesas, escuchar y pedir perdón”, explica Carlota Pi. Cuando hablan de promesas, un ejemplo es bajar el precio cada vez que sea posible.
En cuanto a escuchar, Holaluz cuenta con la sección de Atención al cliente que se encuentra ‘in house’ y por el que pasan todos los trabajadores de la compañía al menos dos horas al mes, incluidos los cofundadores. Y, por último pero no menos importante, disculparse es necesario porque, a veces, trabajando por la excelencia también se comenten errores. “Cuando tienes un cliente contento, has cumplido con las promesas, lo escuchas y si alguna vez te has equivocado le pides perdón, esta persona se siente conectada a ti, se siente orgullosa de su compañía eléctrica y hablan de nosotros”, asegura esta emprendedora.
EMPRENDER COMO MUJER: LA RESPONSABILIDAD DE CREAR UNA COMPAÑÍA ALINEADA A LOS PROPÓSITOS
Para Pi, el camino del emprendedor es siempre difícil, independientemente del sexo, pero en el caso de la mujer cuenta con una “responsabilidad adicional”, que tiene que ver con construir compañías que estén “alienadas con nuestros propósitos”. A la cofundadora de Holaluz la despidieron de su trabajo cuando fue madre de su primera hija, por lo que en los propósitos fundacionales de la compañía un punto importante es que las personas puedan desarrollarse 360⁰. “Eso es difícil que salga de un hombre porque no lo ha vivido y no le ha pasado nunca, no se ha encontrado con esa necesidad”, comenta. Pero en el caso de sus socios, asegura que en todo momento acogieron esa filosofía sin problemas.
“Cuando emprendes haces lo que quieres y puedes crear modelo de compañía como quieras”, explica, algo difícil de conseguir en compañías tradicionales donde nadie espera y donde “tienes que renunciar a la mitad de tu vida”. Además, aún hay otra ventaja, a nivel económico, y es que están empezando a surgir fondos que invierten en compañías lideradas por mujeres “porque se han dado cuenta que dan unos mejores retornos”.
TENDENCIA A INVERTIR EN PROYECTOS QUE AYUDEN A CAMBIAR EL MUNDO
Cada vez existen más fondos especializados en “compañías con propósitos”, y también fondos tradicionales que invierten en ellas. Como explica la cofundador de Holaluz, se trata de una forma de eliminar riesgos. “Buscan compañías que sean sostenibles y que ganarán dinero a largo plazo y han identificado que las compañías con un propósito, que además esté alineado en hacer del mundo un lugar mejor, son más sostenibles y más rentables a largo plazo”, comenta Carlota Pi. Para ella, es una buena noticia que ése sea el motivo, “porque significa que se podrá hacer de manera sostenida”.
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