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Ana Maiques: Como emprendedor, no pierdas nunca de vista por qué empezaste una compañía
Ana Maiques es fundadora y directora general de Neuroelectrics, compañía en la que trabaja junto con su socio Giulio Ruffini. Los orígenes de Neuroelectrics, que está desarrollando nuevas tecnologías en el campo de la estimulación cerebral y la neurociencia, comienzan en el año 2000 con Starlab y la compañía belga en la que ambos trabajaban y que estaba a punto de desaparecer.
Ese fue el punto clave en el que los cofundadores de Neuroelectrics tomaron la decisión de aprovechar el momento y hacerse con el control de la empresa, comprándola al gobierno belga. “Nosotros no nacimos emprendedores sino que, en un momento dado de nuestra vida, tomamos y elegimos la opción de más riesgo”, explica Maiques. Neuroelectrics nació en 2011 como la forma de llevar al mercado toda la investigación que se estaba llevando a cabo en Starlab, “una spin-off focalizado en tecnología médica era la manera con más potencial de darle éxito”.
Madre de cuatro hijos, asegura que “la conciliación siempre es un reto, pero también es cosa de dos” y aunque no ha percibido discriminación por el hecho de ser mujer, cree que “aún falta mucho camino por recorrer” para conseguir la igualdad.
Como embajadora de Barcelona Tech City, Maiques exporta al mundo la marca Barcelona y la cantidad de talento y la capacidad de crear empresas globales con las que cuenta la ciudad en estos momentos. De su experiencia hemos extraído algunos puntos clave:
NO PERDER DE VISTA EL POR QUÉ EMPEZASTE TU COMPAÑÍA
Hace más de 15 años, cuando Maiques y Ruffini se embarcaron en Neuroelectrics, el objetivo era claro: “cómo ir de la investigación a tener un impacto”. De ahí nació Starstim, un gorro capaz de leer actividad cerebral, diagnosticar enfermedades, e inyectar pequeñas corrientes eléctricas en el cerebro que pueden ayudar a curar enfermedades. “Creo que el aprendizaje más importante es que nunca pierdas de vista por qué empezaste una compañía. Y el segundo: que llegar a tu visión lleva más tiempo del que inicialmente pensaste”, recuerda Maiques.
SER AMBICIOSO, PENSAR EN GLOBAL
“Creo que las empresas que nacemos en un entorno privilegiado como Barcelona hemos de tener una cultura global y mundial”, reflexiona la cofundadora de Neuroelectrics que recordó que los pacientes están en todas partes del mundo por lo que “si haces algo de valor hay que tener esa mentalidad de empresa global y de tener un impacto en muchísimos lugares del mundo”.
ADAPTARSE A CADA FASE Y CONSEGUIR UN PRODUCTO ESCALABLE
Transmitir un producto al mercado, especialmente si se trata del área científica siempre es complicado e implica diferentes fases, desde tener la idea hasta lanzar el prototipo. Pero desde tener esa primera prueba hasta conseguir un producto escalable hay un camino “duro y complejo” y “subestimamos el esfuerzo que conlleva esa transferencia tecnológica”.
Para hacer de Neuroelectrics un negocio ha sido necesario “ir reinventándote en cada fase porque cada una requiere skills y conocimientos diferentes del mercado y de tu compañía”.
SER MUY ESTRICTOS EN LA CALIDAD DEL PRODUCTO
“El diseño, sobre todo en productos complejos y de valor añadido con software y hardware, siempre tienen mucha complejidad y por eso recomiendo ser muy estrictos con la calidad del producto, porque si no tienes un producto que funcione muy bien no tienes un negocio”, aconseja Maiques.
En el caso de Neurolectrics, “fuimos valientes y sacamos un producto al mercado” y muy pronto recibieron un feedback que les ayudó para seguir evolucionando su producto. “La recomendación es tener algo que funcione muy bien, aunque sea la versión más simple y testearlo en el mercado para mejorarlo según lo que quiere ese mercado”, comenta.
INCORPORAR A LA UNIVERSIDAD PERFILES INDUSTRIALES Y VICEVERSA
Como explicaba Maiques, centros como el MIT fomentan el emprendimiento entre su profesorado lo que les hace estar más en contacto con el mundo empresarial y de las startups y favorecer por tanto la transferencia tecnológica, del mundo universitario al empresarial.
“Si hay gente que gestiona la transferencia tecnológica, que sea gente que ha tenido experiencia industrial porque a veces la escuela tiene perfiles puramente académicos. Creo que hay que hacer equipos más mixtos, tanto en las empresas como en el mundo académico, hay que tender más puentes”, asegura.
AUMENTAR LAS AYUDAS A LA INVESTIGACIÓN EN ESPAÑA
Neurolectrics recibe ayudas públicas especialmente de la Comisión Europea, algo sin lo que no podrían continuar adelante con su trabajo. Una ayuda que en España sigue siendo escasa. “En España hay muy poca inversión de I+D y no le damos la suficiente importancia. No nos damos cuenta del impacto en generaciones futuras y de la importancia hacer una política más generosa en investigación y es porque creo que como cultura somos más de corto plazo y no pensamos mucho en el largo plazo”, asegura.
Muy diferente a la situación que se ha encontrado la compañía al instalarse en Boston. “Que Boston sea hoy un centro de éxito de ciencias de la vida en América es fruto de una política sostenible de inversión en ciencias de la vida de los últimos 30 años, no ha pasado de un día para otro”, explica.
Y es que dichas políticas se deben mantener en el tiempo para que den su fruto y en España “no tenemos una política suficientemente estable de que la inversión de I+D tiene que crecer y mantenerse en el tiempo”.
ATRAER MÁS CAPITAL INTERNACIONAL
El reto de Barcelona y de Europa en general pasa por crear empresas cada vez más globales y para eso es necesario atraer capital internacional. “Hemos mejorado mucho en Europa respecto a otros años y yo veo una tendencia que ya se hacen rondas aquí muy interesantes y cada vez más grandes, con socios internacionales”, comenta Maiques, aunque consideró que “aún falta mucho camino para llegar a los grandes volúmenes que se mueven en Estados Unidos”, por lo que es necesario “seguir trabajando para atraer más capital y para hacer que las empresas sean más escalables desde Barcelona” sin necesidad de ir a Silicon Valley o Boston.
A MÁS FUENTES DE INVERSIÓN, MÁS POSIBILIDADES DE ELECCIÓN
Neuroelectrics ha optado por un modelo de financiación orgánico, primero basado en ayudas públicas y subvenciones y posteriormente en las ventas de sus productos. Actualmente, la compañía se ha lanzado a buscar inversores, “partners estratégicos” porque la inversión financiera es importante para que las compañías puedan escalar.
“Cuanto más dinero y más fuentes de capital haya es mucho mejor para las compañías porque pueden decidir”, opina la cofundadora de Neuroelectrics, algo que no es fácil a día de hoy en España. “Creo que a los emprendedores hay que darles alternativas de financiación para crecer en cada momento como necesiten. Creo que tienen pocas alternativas los emprendedores en este país”, explica.
BARCELONA, BUEN SITIO PARA ENCONTRAR TALENTO
Para Maiques, Barcelona es una buena cantera de talento, y no “sólo local, hay muchos europeos y muchos extranjeros a los que les gusta vivir en Barcelona y eso juega a favor”, además, “hay mucha gente que está fuera y quiere volver a Barcelona y si les das las condiciones adecuadas volverá. Yo creo que Barcelona es un muy buen sitio para encontrar talento”, asegura.
Para ello, “es importante que las empresas tengan proyección internacional”. “Si puedes trabajar en una empresa global que tenga sus headquarters en Barcelona, que pueda tener proyección y una larga trayectoria, eso, combinado con vivir en la ciudad es perfecto”, explica.
BONUS TRACK
EMPRENDER EN UN SECTOR CON RESTRICCIONES Y REGULACIONES
Como señala Ana Maiques, emprender en el ámbito de la biotecnología como en el caso de Neuroelectrics no es un camino fácil, “porque si tú tienes una idea de una app o una web que crees que va a ayudar a la gente en cualquier dimensión pues tú lo desarrollas y lo lanzas, pero en el sector médico no puedes, hay organismos reguladores”.
En el caso de Europa, de eso se encargan las autoridades sanitarias mientras que, en Estados Unidos, se trata de la FDA, una agencia a la que han podido acercarse y conocer mejor al trasladarse a Boston. Unos organismos que tienen como función decidir si las innovaciones que se desarrollan son buenas y pueden acceder al mercado.
Es, por tanto, un sector muy regulado donde los procesos de fabricación se tienen que llevar a cabo de unas formas concretas y avalar con estudios clínicos “complejos y costosos” antes de poder venderlos. “Creo que para un emprendedor es frustrante porque no puedes ir más deprisa de lo que permite la regulación y has de pasar por todos esos procesos regulatorios que requieren un esfuerzo burocrático, de procesos y de organización casi antiemprendedor.
Pero por otro lado son las reglas del juego cuando decides entrar en el campo médico y está hecho para proteger al paciente”, explica la cofundadora de Neuroelectrics. El final de ese largo proceso se traduce en la demostración de la excelencia del producto, listo para el mercado y avalado por terceras partes.
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